Iris latifolia
Meteorológicamente hablando, la verdad es que el tiempo los dos primeros días fue “demasiado bueno” desde un punto de vista fotográfico. Días soleados sin apenas nubes que dieran cierto dramatismo a las escenas o que permitiesen trabajar en los frondosos bosques de hayas y pino negro que tan agradable sombra brindaban en esos soleados días. Al tercer día, las nubes empezaron a entrar y bajar por el valle de Ordesa, las tormentas veraniegas hicieron acto de presencia y la niebla apareció en los bosques.
La primavera tiñe de verde los bosques de pinos, avetos y hayas.
Como es de esperar, la belleza del lugar hace que el dedo índice derecho sienta cierto deseo irrefrenable de no parar de apretar el botón, con el consecuente número importante de fotos...así pues, haré varias entradas colgando diferentes fotografías; en esta primera, serán fotografías de flora, o más bien, de vegetación.
Campo de 'algodoneras' en el valle de Pineta.
En cualquier caso, tengo que decir, que en esta ocasión el dedo índice actuó menos de lo esperado…en 5 días, a penas volví con 400 fotografías.
Niebla en la senda de los cazadores, a su paso por el bosque de hayas situado al principio del camino.
En los rincones del Cañon de Añisclo varias especies de orquideas salpican las laderas.
La primavera floral atrae a los 'amigos de las flores'.
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